Imagina un escenario donde la tecnología sencilla, un equipo bien entrenado y un stock en tiempo real se combinan para poner algo en orden y sumar a la caja.
Un viernes a las 21:10, en la terraza de un bistró...
Valeria, la jefa de sala, se enfrenta a un grupo grande de comensales: hay un niño alérgico, dos personas que deben evitar el gluten, y uno que pide “igual que ayer, pero sin cebolla”. En medio de todo esto, la impresora de la barra se queda sin papel y la cocina está a mil por hora. ¿Te suena familiar? A Valeria también, hasta que decidió cambiar la forma de tomar pedidos y controlar el stock. Se acabó la lotería de los papelitos.
La vieja forma vs la nueva: de “anota y reza” a “toca y llega”
Antes, tomar la comanda a mano significaba correr, tener una letra que parecía jeroglíficos y tener errores de transcripción. Era un clásico escuchar “esto no lo pedí”, y la satisfacción del cliente se deslizaba hacia abajo con cada ida y vuelta a la mesa.
Ahora, las órdenes pasan de la tableta a la cocina en un abrir y cerrar de ojos. Sin perder papeles, ¡y sin repetir mil veces lo que necesita la cocina! Con un TPV específico para restaurantes que lo integra todo, cada pedido sale claro, con notas y alérgenos visibles, y la cocina responde con agilidad.
Valeria comenzó a notar la diferencia desde el primer fin de semana:
Tecnología que te salva el turno (y la reseña)
No necesitas un centro de comando de la NASA. Lo que necesitas son herramientas que trabajen para ti:
Imagina una situación real: llega una mesa con intolerancias. Valeria ajusta en su sistema “sin gluten” y el aviso resalta en la cocina. Resultado: cero sustos y cero devoluciones. La satisfacción del cliente se dispara, ¡y tu reseña también!
Capacitación que evita incendios (y cuesta poco)
La tecnología ayuda, pero tener un equipo bien capacitado es clave. Tres rutinas cortas pueden hacer maravillas:
Inventario en tiempo real: adiós al “se nos acabó”
Para que duela menos: si no queda salmón, no lo verás en el menú. Si quedan 3 burratas, el sistema te avisa. La gestión de inventarios en tiempo real puede ser la diferencia entre una disculpa tensa y una noche exitosa.
Plan de 7 días para poner orden
Cierre
Valeria no es solo una persona — es la suma de los dueños, gerentes y chefs que nos acompañan cada semana. Desde pequeños cafés familiares hasta cocinas de gran volumen en la ciudad, todos enfrentan el mismo reto: pedidos que se pierden, stock que se termina sin avisar y clientes que esperan más de lo esperado.
Por eso creamos Guava: para que cada profesional de la hostelería pueda tomar pedidos perfectos y controlar su inventario en tiempo real, sin papeles, sin sorpresas y sin vivir pegados al cierre.
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Se mencionan un TPV específico, menús digitales, códigos QR y kioscos de autoatención para optimizar el proceso.
La tecnología permite que los pedidos se transmitan directamente a la cocina, eliminando confusiones y errores de transcripción.
Se reduce el tiempo de espera entre pedidos, se incrementa el ticket medio y disminuyen las discusiones sobre errores en los pedidos.
Se sugiere un plan de 7 días que incluye la definición de la carta, configuración de menús digitales y simulacros con el equipo.
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